Cuando aquella tarde de julio del ’92 la Lepra copaba Vicente López para dar la quinta vuelta olímpica en su historia, una bandera sobresalía entre tantas: “Gracias a Dios, Griffa es de Newell’s”.
¿Quién iba a pensar que después de tantos años y de tanta gloria, el Maestro hacedor de 4 de las 6 estrellas de nuestro cielo leproso deba ser reconocido fuera de su casa? Sin embargo, este Ñubel para pocos es así, y por eso el reconocimiento tuvo que darse en un lugar extraño… El auditorio de Ciencias Económicas fue el escenario donde Jorge Bernardo Griffa desgranó historias, anécdotas y dio un pantallaza general de lo aprendido en sus largos años de trayectoria dentro del fútbol juvenil…
Infraestructura, amor propio, respeto dirigencial, fueron algunos de los tantos conceptos que ofreció Griffa para fundamentar su proyecto, el cual así expresado suena a utopía. Sin embargo, varias generaciones de leprosos vivimos esa realidad, y por eso nos hemos puesto en campaña para recuperar la gloria perdida.
Uno de los momentos más emotivos, que arrancó el aplauso del público, fue cuando entre líneas Griffa expresó su deseo de “regresar a casa”…
Maestro, las puertas del nuevo Ñubel estarán abiertas muy pronto, para que esas utopías vuelvan a ser realidad.
¿Quién iba a pensar que después de tantos años y de tanta gloria, el Maestro hacedor de 4 de las 6 estrellas de nuestro cielo leproso deba ser reconocido fuera de su casa? Sin embargo, este Ñubel para pocos es así, y por eso el reconocimiento tuvo que darse en un lugar extraño… El auditorio de Ciencias Económicas fue el escenario donde Jorge Bernardo Griffa desgranó historias, anécdotas y dio un pantallaza general de lo aprendido en sus largos años de trayectoria dentro del fútbol juvenil…
Infraestructura, amor propio, respeto dirigencial, fueron algunos de los tantos conceptos que ofreció Griffa para fundamentar su proyecto, el cual así expresado suena a utopía. Sin embargo, varias generaciones de leprosos vivimos esa realidad, y por eso nos hemos puesto en campaña para recuperar la gloria perdida.
Uno de los momentos más emotivos, que arrancó el aplauso del público, fue cuando entre líneas Griffa expresó su deseo de “regresar a casa”…
Maestro, las puertas del nuevo Ñubel estarán abiertas muy pronto, para que esas utopías vuelvan a ser realidad.
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