jueves, 20 de marzo de 2008

Algunos los olvidan, nosotros no.

Algunos faltos de memoria se olvidan de aquellos que dejaron la vida por Newell’s. Desde aquí los recordamos y les brindamos nuestro humilde homenaje.
Blas “Patita” Lescano, fue asesinado por la policía, en las puertas del vueltódromo, el 20 de mayo de 1990. Arrinconado contra una
torre de iluminación recibió un disparo de bala de goma a quemarropa. Desde esa fecha, la hinchada más popular supo cantar “Policía rosarina / sos amiga de central / vos mataste a un leproso/ ya lo vamos a vengar.” El caso quedó impune. Los incidentes comenzaron dentro de la cancha, cuando la hinchada sin aliento ingresó al campo de juego con una corona fúnebre, la cual fue arrebatada y quemada por los hinchas leprosos que saltaron a la cancha.
Osvaldo Laurino fue asesinado por un policía de civil que disparó su arma reglamentaria en el clásico del 7 de octubre de 1992. Testigos afirman que el milico se retiró protegido por sus compañeros de fuerza, diciendo “un leproso menos…”
Claudio Puchetta y Claudio “Melena” Ponce fallecieron en la batalla campal entre hinchas de Newell’s y River el 20 de abril de 2003 en cercanías al peaje de Lima. La barra de López colgó una bandera en recuerdo a ambos durante varios partidos, y prometió venganza, pero al poco tiempo la bandera y las promesas fueron olvidadas. Algunos hinchas propusieron a los cabecillas de la barra realizar un homenaje al costado de la ruta, pero se encontraron una vez más con la negativa de siempre. Se habló de un pacto de silencio entre las barras para eludir a la justicia, ya que en el enfrentamiento habrían existido extraoficialmente algunos hinchas de River también asesinados, y retirados del lugar en las camionetas 4x4 de la barra millonaria.
El caso de Gonzalo Ferraro, es tal vez el más irracional. Fue ultimado de un balazo mientras alentaba desde el alambrado en el banderazo del 17 de febrero de 2005. La bala provino desde la propia barra de López. No hubo banderas ni homenajes para él. Como suele ocurrir en este país, se intentó poner la carga sobre la víctima, lanzando la versión de un “ajuste de cuentas”. El caso sigue impune.

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