martes, 5 de febrero de 2008

Intendente de Bella Vista agrede a periodista de Rafaela

Amigos leprosos, les transcribo esta nota porque es una muestra mas de como se manejan actualmente las cosas en nuestro club. Se le sigue pegando a la gente y prohibiendo el ingreso a ver una practica a los verdaderos dueños del club que somos nosotros los hinchas dejando entrar a quienes tan mal le hicieron al club que son los barras bravas y sin darnos motivos por el cual no podemos ingresar al predio. Toda mi solidaridad con este periodista que solo estaba trabando y de golpe y a los golpes se entero como dirije el club el dictador de Eduardo Lopez. Pero esto se va a terminar y vamos a lograr que el club vuelva a ser de los verdaderos hinchas y por eso estamos luchando y no vamos a parar hasta lograrlo.
El periodista agredido trabaja para un medio de Rafaela vinculado con radio Continental de Víctor Hugo Morales. Minutos antes de comenzar el amistoso entre Newell's y Ben Hur, el barra brava que maneja el predio (para mi es Cáceres, según el sujeto agredido es un tal Negro Ramírez) le vedó el ingreso al cronista rafaelino sin expresar motivo alguno de la denegatoria. El periodista siguió insistiendo hasta que, cansado de la situación, exhaló una frase que provocó la enérgica reacción del barrabrava, dijo: "Así es cómo se maneja el club desde que está Eduardo López". La reacción del pesado no se hizo esperar, se acercó al periodista y lo increpó violentamente. Ante la resistencia del reportero, el soldado de EJL pidió el auxilio de la fuerza de seguridad para retirar al hombre del lugar. La policía accedió al pedido del ex-convicto y al rafaelino no le quedó otra que marcharse. Pero éste no se dio por vencido, fue en busca de un recoveco por donde observar el partido. Después de un largo deambular encontró un montecito cercano a la cancha principal y allí se aposentó. Tras cartón, apareció un oficial exigiéndole que se retire inmediatamente. El periodista desoyó la orden policial aduciendo que el sitio no es propiedad de Newell's. La discusión prosiguió hasta que de repente se apersonó el intendente del predio (Cáceres o Ramírez) y comenzó a apurarlo impetuosamente. El periodista le pidió al policía que no lo deje solo pero éste se lavó las manos y se las tomó. Ahí comenzó la odisea del corresponsal rafaelino. Los golpes de puño fueron aumentando en cantidad e intensidad, las intimidaciones corrían como pan caliente, para colmo otro soldado (un tal Alejandro) se sumó a la trifulca y el cronista temió por su vida. Conscientes de la repercusión mediática a nivel nacional que tendría un eventual homicidio en las inmediaciones del feudo lopecista, los matones se apiadaron de su presa y la dejaron escapar. El reportero sale corriendo al encuentro de un móvil policial. Se dirige al portón de entrada al predio donde se hallaban unos cuantos efectivos, les comenta todo lo sucedido pero los policías hacen oídos sordos a su denuncia. El agredido solicita hablar con el comisario de la seccional. Lejos de proceder en tal sentido, el oficial se comunica con nada más y nada menos que el intendente del predio, justo el tipo que había atacado ferozmente al denunciante. Harto ya de estar harto, el periodista decide poner fin a la situación y accionar por la vía mediática. Pero aquí tampoco encontró eco pues la mayoría de los periodistas rosarinos con los que se comunicó le explicaron con lujo de detalle cómo funciona la censura en los medios locales.

Conocelo a Caceres
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuanto más hace falta para que el resto de la gente de bien se de cuenta que hay que participar para sacar a esta mafia ??
Se va a terminarrrrrrrrrr !!!